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Imperceptible Echoes

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2018

Lo femenino retratado en las fotografías de la artista española ubicada en Berlín, Irene Cruz es de clara inspiración Helénica. Como las musas, hijas divinas del Dios Apolo y la titana Mnemósine, han inspirado a artistas, músicos y poetas desde el inicio de los tiempos, para composiciones venidas directa y sinceramente del pathos del artista, transmutando sentimientos personales en universales, las musas y faunos capturadas por la cámara de Irene susurran una letanía en nuestros oídos. Las fotografías inmortalizan retratos en un paisaje no sólo proclive a reflexiones ambientales y filosóficas, como también a la mera contemplación estética. La luz es fría y crepuscular, y contribuye a una sensación de atemporalidad casi sagrada en su composición. Como si Cruz intentase fotografiar la esencia de un sueño íntimo, soñado simultáneamente por el colectivo. El anhelo del retorno a una relación armoniosa con el resto de la naturaleza también es palpable en el trabajo de esta joven fotógrafa; el paisaje y los humanos se muestran una comunión primitiva, donde la pertenencia mutua es obvia y la armonía evidente, como en la Arcadia mitológica regida por el Dios Pan. En esta comunión entre humanidad y naturaleza, los cuerpos, masculinos y femeninos, son a menudo indistinguibles, confirmando así una vez más la teoría de Steiner sobre la Fémina cósmica transcendiendo géneros.

Luisa Catucci, 

Galerista

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